jueves, 26 de julio de 2012

Momento Filosófico

"Miss Marple"
Escribir acerca de otras personas es, a mi criterio, una actividad muy delicada. Ya sea para elogiarlas o para señalar sus defectos considero necesario ser un observadora de primera mano y renunciar a los dimes y diretes o al "me contaron que".

Aún pensando así confieso que para mí son imposibles 2 cosas: Conversar con todos los directamente responsables (algunos decidirán no hablar conmigo) y acceder a todos los medios posibles de información.

Y es que nuestra sociedad posee ciertas características: Una ciudadana cualquiera puede acceder a "mucha" información de una institución pública a través de su página web en el área de Transparencia pero no obtendrá la misma "facilidad" para obtener información si la institución en cuestión pertenece al sector privado. Una periodista puede acceder a mayor información que una ciudadana común y corriente pero, muchas veces, deberá pagar por ella o recurrir a sus contactos, a sus "fuentes". Todos tenemos "fuentes". Ahí es donde surge la pregunta del millón de dólares: ¿cómo saber si los datos que una "fuente" me brinda son del todo verdaderos? ¿cuándo puedo asegurar a los demás que la información que les transmito es totalmente confiable sobre todo si poseo un blog donde voy a escribir acerca de personas ajenas a mi entorno cercano?

La conclusión a la que llegué fue simple. Cuando decida escribir acerca de algún tema investigaré de manera responsable y a profundidad. Cuando haya sido testigo directa del evento narraré el asunto como tal y en las ocasiones en que recurra a una fuente de confianza agregaré a mi escrito la aclaración: "Gracias a una fuente de confianza..."

No existen más probables dificultades que resolver ni excusas para postergar la publicación de diversos asuntos de importancia que merecen una solución urgente. Sé que no estaré sola en esta lucha. Sé que somos muchas personas las que queremos un Perú mejor.